Apenas me entero que se llamaba Caroline de Bendern la joven que se convirtió en icono de la lucha estudiantil en el mayo francés de 1968. Publicada por las revistas Paris Match y Life la imagen circuló por el mundo entero. Yo recuerdo haberla visto en la edición que Life editaba en español. Muchos años después la utilicé en el programa de mano “Antígona”, una paráfrasis de la obra de Sófocles que en mi inquieta juventud me atreví no solamente a escribir sino a poner en escena y que era mi peculiar versión de lo que significó ese año luminoso.
A causa de esta fotografía, Caroline que era una aristócrata inglesa, fue desheredada por su abuelo. Sin embargo queda como testimonio permanente de la irrupción juvenil, pletórica de sueños y utopías, que surgida en las aulas y los barrios de París terminó por contagiar a las juventudes del mundo.
40 años después, siguen teniendo vigencia los grafittis que escribieron en los muros de París
¡encolerícense!
Anfiteatro de Música. Nanterre
el que puede atribuir una cifra a un texto es un pendejo
Hall. Gran Anfiteatro. Sorbona
amaos los unos sobre los otros
Censier
un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre
Sorbona
violad vuestra ALMA MATER
Edificio C 24. Nanterre
ser revolucionario es ante todo asegurar la permanencia y la acogida. Después de lo cual la masturbación intelectual está permitida.
Calle Saint-Louis-en-l’isle
lo sagrado: he ahí el enemigo
Hall B. Nanterre
tomemos la Revolución en serio, pero no nos tomemos nosotros en serio
Odeón
seamos realistas, exijamos lo imposible
Censier
