enero 04, 2008

Ahí viene el lobo, ahí viene

Epigmenio Ibarra escribe en Milenio

Por puro instinto, por pura jodida experiencia, por ese olfato marcado por el olor almizclado de la muerte, el sudor y la pólvora voy a contrapelo del optimismo de muchos que piensan que, con sus dificultades naturales y explicables, el país va bien. De otros que creen que, al contrario, las cosas andan mal, muy mal incluso, pero que, pese a todo, puede mantenerse, en el marco de la legalidad, una oposición firme y consistente contra el gobierno federal. Sé que para otros el mío es un discurso demodé. Los tiempos han cambiado dicen y yo respondo: no tanto. Ya no se puede justificar, ni se puede entender un alzamiento armado dicen y yo respondo que la guerra civil, como el agua, siempre logra abrir nuevas avenidas.
Hay mucha gente en México y con razón que no aguanta más. Son muchos los agravios que han sufrido, demasiados los años que han pasado. Sordos han sido los oídos de todos ante sus lamentos y reclamos de justicia y equidad. O cobramos conciencia de esta realidad y promovemos ya, este año que comienza, cambios profundos en nuestro país o, insisto, va a venir el lobo, va a venir.

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